Historia

Haciendo camino al andar

Hace 50 años, el Sr. Roberto Berardi abandonaba San Rafael, Mendoza para dar comienzo a lo que hoy es “Radiadores Neuquén S.A.I.C”; primera y única fábrica de paneles de radiador en la Patagonia.

“Radiadores Neuquén” comienza siendo un pequeño taller dedicado a la reparación de radiadores. En un local reducido y alquilado, abre sus puertas el 14 de mayo de 1965, en la calle Mitre y Tierra del fuego.

Allí desempeña su tarea hasta que en 1970 se traslada a un local propio, ubicado en  Perito Moreno 464, con 300m2 y profundas expectativas de lograr la  expansión y  el desarrollo de los productos y servicios que en aquél entonces ofrecía.

Como consecuencia  de la nueva disponibilidad espacial, al servicio de reparación de radiadores  se le suma la venta de repuestos. La empresa empieza a crecer vertiginosamente, tanto a nivel comercial como a nivel estructural.

Hasta ese momento, “Radiadores Neuquén” se dedicaba a la venta de repuestos y a la instalación, reparación y cambio de radiadores. Todos los paneles de radiador – tanto los de pequeño tamaño como los de gran porte – se mandaban a buscar a Mendoza, ya que en Neuquén no existía una fábrica que los produjera.

Neuquén seguía creciendo, la demanda se hacía cada vez más grande y la idea de Roberto Berardi de lograr el autoabastecimiento en materia de paneles para radiadores se materializa en 1974.

En septiembre de ese año el nuevo local se inaugura sobre la calle Félix San Martín: la primera fábrica de paneles para radiador de la Patagonia daba sus primeros pasos. Con el equipo con el que contaba la fábrica en un principio se comienza  a producir paneles pequeños y medianos, ya que los grandes – los industriales – se seguían mandando a buscar a Mendoza.

La empresa queda entonces dividida en dos partes: por un lado, se mantiene el sector de ventas y el taller de reparaciones en el local de Perito Moreno, y por otro lado, en la calle Félix San Martín se asienta la fábrica, la cual opera en sus principios con alrededor de cinco empleados.En el año 1978 la empresa es lo suficientemente productiva como para adquirir equipamiento más moderno, dando comienzo a la producción de todos los tipos y tamaños de paneles. “Radiadores Neuquén” deja de depender de los envíos de la fábrica mendocina, autoabasteciéndose y comenzando a abastecer, a su vez, a los comercios de la región.

Pasaron años antes de que  se comenzara el proceso de centralización de la empresa. A fines de 1979 estaba casi terminado el local  que con el tiempo llegaría a albergar a la totalidad de los sectores de la empresa.

En 1980 se traslada finalmente la fábrica de paneles a la calle José Rosa 440, primer local de los cuatro que le seguirían.

En 1981  el local de la calle Perito Moreno se cierra para llevar de esa manera el sector ventas y reparaciones junto a la fábrica.Radiadores Neuquén abarcaba entonces: venta de repuestos, taller de reparación de radiadores y fábrica de paneles para radiador, todo aunado en la calle José Rosa.

Alrededor de 1982 a éstos servicios se suman la instalación, repuestos y mantenimiento de aire acondicionado para automóviles. De hecho, la empresa es pionera en el área, ya que si bien otras pequeñas empresas los comercializaban, en “Radiadores” se les prestó especial atención y se capacitó formalmente a sus empleados para realizar dichas tareas.

Hacia 1990, dos locales de aproximadamente 1000m2 se habían anexado al local primitivo de la calle José Rosa.

Capacidad y servicio en constante desarrollo

El éxito, en cualquiera de sus expresiones, no está basado en la casualidad.

El Sr. Roberto Berardi, fundador y actual presidente de Radiadores Neuquén, cree firmemente en las causas externas e internas que ayudan al proceso y asegura: “El capital humano, nuestra capacidad de adaptación y las oportunidades que hemos tenido y que aún tenemos como empresa han sido factores decisivos en nuestro crecimiento”.

La excelencia es el resultado de una búsqueda infatigable, la cual implica paciencia, valores constantes, capacidad de adaptación, integridad  y sobre todo un compromiso inquebrantable desde la empresa hacia cada uno de sus clientes. “Mucho tiene que ver con el respeto y el buen trato que se pretende al interior de nuestra organización comercial: no importa la jerarquía; ya sea gerente, supervisor, operario o encargado de maestranza, exigimos respeto y trato humano y cordial, ya que mas allá del rango que ocupe un empleado en la empresa, ésta funciona como un equipo, y cada individuo se transforma en  una pieza esencial del mismo”, concluye Berardi.